martes, 11 de diciembre de 2012

Implementar


Que de la boca del amante sediento salgan blasfemias y voces inauditas, siempre es bueno; que el poeta desplume palabras, siempre es bueno; que la verdulera ande con sus jerigonzas, siempre es bueno; que la colegiala se contonee con su insolente criptolalia, siempre es bueno. ¿Pero podemos admitir sin chistar las imposiciones de la jerga administrativa?

De que se puede, se puede; pero no veo en ello algo bueno. Y aunque la Real Academia Española ya lo ha admitido y el maestro José G. Moreno de Alba lo encuentra inofensivo, yo me siento muy incómodo ante el anglicismo/neologismo implementar, cuya frecuencia de uso compite con el güey de los creativos de la publicidad y la mercadotecnia.

-¡No, güey! Hay que implementar el programa, güey.
-¡Sí, pero antes tienes que brifearme, güey!

¡Y estos güeyes se la pasan implementando todo, güey! Ya nadie realiza, nadie lleva a cabo, nadie efectúa, nadie cumple, nadie aplica el programa… ¡Todos lo implementan! Y si los dejamos, van a implementar su manerita de hablar en la realidad entera.

-El viernes implementaré una cena en la casa. Me gustaría que asistieran tú y Asdrúbal.
-Mañana se implementará la convención de artistas de papiroflexia en Waikiki. Cancele todas mis juntas, Purita.
-El domingo se implementará la liberación de los rehenes. Pégame por última vez, mi amor; y yo te escupo.

Dejo para gente más capaz el estudio etimológico del sustantivo implement y del verbo to implement. Me limito aquí a transcribir lo que anota el Online Etymology Dictionary.

implement (n). mid-15c., from L.L. implementem “a filling up” (as with provisions), from L. implore “to fill” from assimilated form of in- “into, in, on, upon” + plere “to fill”. Sense of “tool” is 1530s, from notion of things provided to do work, that which “fills up” or “completes” a household (c.1500).

implement (v.). 1806, originally chiefly in Scottish, where the noun was a legal term meaning “fulfillment”, from implement (n.). It led to the wretched formation implementation, first recorded 1913.

José G. Moreno de Alba, por su parte, no ve en implementar un anglicismo sino un neologismo generado por el sustantivo implemento (utensilio), que sí es un anglicismo (su origen inglés es registrado por el DRAE en la edición de 1984, señala el gramático). Esta delgada diferencia -parece sugerir don José- otorga a implementar cierta condición criolla que lo legitima.

El argumento de Moreno de Alba es que actualmente no se utiliza implementar como sinónimo de realizar, llevar a cabo, efectuar, ejecutar o cumplir, más que en contextos determinados, sino que su uso está asociado a verbos como organizar, preparar, componer, juntar las diversas parte de algo.

Yo tengo otra opinión, nacida de una sospecha: que se me hace que los usuarios de implementar no saben a ciencia cierta lo que están diciendo al incluir en sus enunciados implementaciones y sinergias a tutiplén, cuando bien podría el departamento de Recursos Humanos aplicar una serie de medidas que garantice la armonía entre los trabajadores.

Digo yo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

To apply no es aplicar


To apply  significa solicitar, presentar(se), postular(se). Application debe traducirse como solicitud, formulario de ingreso o candidatura.  Mal hacemos cuando, al querer traducir to apply, escribimos aplicar.

Lo más triste es que esta torpeza se ha vuelto práctica común en las instituciones de educación superior.

En español, aplicar significa poner una cosa sobre otra o en contacto con ella para conseguir un fin determinado. Asimismo, aplicar puede usarse cuando se emplea un concepto general en un caso particular. Van a continuación dos ejemplos, uno para cada caso:

-Aplique usted el ungüento sobre la excoriación. ¡Y no vuelva usted a hacer eso, señora! 

-Podemos aplicar la historia del asno de Buridán a lo que experimento cuando miro a estas dos señoritas.

Es injustificable (como bien lo señala Jaime Correa en su bitácora El español sin misterios) hablar de estudiantes que aplican para una beca, cuando en realidad esos estudiantes están postulándose, están concursando por una beca o están llenando el formulario de solicitud… ¡Lo que sea, menos que dichos jóvenes están aplicando quién sabe qué! Porque, para colmo de males, aplicar se usa en estos casos como si fuera un verbo intransitivo:

-¿Ya aplicaste?
-¡No, mano! El baño está ocupado.
-¿Qué?
-¿O qué me preguntaste?

Seamos ingeniosos, ocurrentes y creativos, porque nuestra lengua es una mina de oro. La indolencia de hablantes y escribidores es lo que deja a una lengua en situación de vulnerabilidad frente a los embates de un mundo que tiene prisa por acabar con ella.

Y a propósito de aplicaciones, hablemos un poco de las famosas app’s.

Nuestra lengua, como muchas otras, vive tiempos difíciles. Debemos mantenernos en amorosa alerta, sin que esta actitud nos distancie de un mundo empeñado en dar a lo nuevo nombres comunes a todas las lenguas (el sueño de una lengua franca, el deseo de una  lingvo internacia –posibilidad que no acaba de convencerme, porque a veces pienso que sus principales promotores están buscando una lengua general para que las órdenes de los cerdos capitalistas sean cumplidas con diligencia y prontitud). Como desde hace mil años, el español experimenta cambios y sabe adaptarse a ellos, pero corresponde a cada uno de nosotros (sus hablantes, sus escritores, sus amantes) aceptar lo que enriquece y rechazar lo que empobrece.

Las nuevas tecnologías nos obligan a utilizar vocablos aparentemente extraños para poder entendernos con el resto del mundo. Es en este contexto donde aparecen las famosas app’s, pequeños programas o aplicaciones informáticas que realizan funciones específicas y que permiten ofrecer a las instituciones y las empresas nuevos servicios de información y contenidos a su respectiva comunidad a través de teléfonos móviles y tabletas.

App es metaplasmo de application, cuyo origen es el latín applicatio. Curiosamente, la doble pe del latín se conserva también en francés (application) y en italiano (applicazione), mientras que el español reproduce sólo una vez el fonema consonántico (aplicación). Por otro lado, la cómoda elisión (app/lication/s = app’s) no está dentro de nuestras prácticas lingüísticas consideradas cultas. Entonces, llamémoslas aplicaciones o busquemos un nombre que nos guste y que las explique sin sombras de duda: Chingaderitas.

-¡Ya salio la nueva chingaderita para tu teléfono celular! ¡Adquiérela ya!

jueves, 6 de diciembre de 2012

Medioambiente



Detecto en muchas de nuestras comunicaciones que aún se sigue utilizando la frase Medio Ambiente para referirnos a la naturaleza en general. Lo curioso es que nadie parece percatarse de que se trata de un pleonasmo: medio y ambiente son, a fin de cuentas, dos palabras cuyos significados se cruzan en un nivel de sus respectivas acepciones. El medio es el espacio físico. El ambiente es el entorno. Decir "Medio Ambiente" es redundar.

Pero es difícil cambiar un hábito, sobre todo cuando los mismos líderes de opinión cultivan este gazapo.

Para resolver el problema, hemos de considerar la frase Medio Ambiente como un cuerpo con pretensiones de neologismo. Por lo mismo, sugiero seguir la recomendación de la RAE (que tiene cierta autoridad, nos guste o no): fundir ambos vocablos en uno solo: medioambiente (hay razones de acentuación que refuerzan lo atinado de esta sugerencia).

Transcribo lo anotado por la RAE:

Medioambiente. ‘Conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades’- Aunque aún es mayoritaria la grafía medio ambiente, el primer elemento de este tipo de compuestos suele hacerse átono, dando lugar a que las dos palabras se pronuncien como una sola; por ello, se recomienda la grafía simple medioambiente, cuyo plural es medioambientes. Su adjetivo derivado es medioambiental.

Que pases una linda tarde, querido lector.