Para trasladar al español el
neologismo selfie, podemos valernos del vocablo autorretrato, que
registra el DRAE desde antes del surgimiento de las cámaras fotográficas en los
teléfonos celulares. Pero ese hecho, su antelación, vuelve a dicha palabra poco
atractiva socialmente: el hablante común supone, equivocadamente, que un
retrato se refiere sólo al que se obtiene en el arte pictórico y no con la
fotografía. Digo que tal creencia es errónea porque retrato viene del
latín retractus, participio de retrahere (volver atrás,
revivir). Por consiguiente, la fotografía también retrata.
Sin embargo y ante la aceptación del
anglicismo crudo selfie en el habla mexicana, propongo otro neologismo: EGOMENTO, voz que sabrá competir y alcanzar el éxito, si sabemos difundirlo a través de las las redes sociales.
EGOMENTO está formado por la voz
latina ego (yo) y el sufijo –mento, que añade a dicha voz el
valor de acción y efecto, pero que además produce evocaciones afortunadas
(momento y monumento) y la vuelve, en segunda instancia, una palabra-valija
(como las del Jabberwoky carrolliano).
Escrito lo anterior, podemos definir
EGOMENTO de tres maneras, ninguna de las cuales excluye a las otras:
1. Momento del yo
2. Monumento a mí mismo
3. Autorretrato
1. Momento del yo
2. Monumento a mí mismo
3. Autorretrato
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