El
vocativo se escribe seguido de una coma si va al principio de la
oración; es precedido de una coma cuando va al final de la oración; y se coloca
entre comas si se halla en medio de la oración:
Arnoldo, gracias por haberme
enseñado a luchar.
Gracias por haberme enseñado a luchar, Arnoldo.
Gracias por haberme enseñado a luchar, Arnoldo.
Gracias, Arnoldo, por haberme
enseñado a luchar.
El
vocativo es el elemento de la oración que funciona como llamado, invocación,
señalamiento o apelación. En los ejemplos presentes, el vocativo es Arnoldo.
Este
conocimiento es uno de los regalos que se da a los niños en la escuela primaria.
El regalo, junto con otras joyas, se revisa durante toda la secundaria. Y en cuarto
de bachillerato, el estudiante que ha estado en una buena institución educativa
domina la lengua básica y es capaz de pasar a formas más complejas del idioma.
Cuando
nada de esto ocurre, el joven tiene la opción de dedicarse a la mercadotecnia y
la publicidad tradicionales, en donde, a propósito, a los ocurrentes y
graciosos los llaman creativos,
apelativo que seguramente nació como ironía.
Cuando
el joven pasó de noche la primaria, decimos, tiene entonces la opción de ser
creativo en el área de mercadotecnia de cualquier organización o en una agencia
de publicidad. ¿Por qué? Porque tanto en una como en otra tendrá permiso de destrozar su lengua materna e
incluso mofarse de ella, escupir sobre ella, negarla y reducir el universo de
sus ideas a tres o cuatro conceptos que repitirá en cada reunión de creativos, es decir, en cada brainstorming, en el que un grupo de
personas sin estudios serios "psicoanalizan" al target para encontrar sus
insights.